El miedo

Empezamos a tener miedo a un precioso cielo rojo

«Mamá, ¿por qué está el cielo rojo? ¿Va a pasar algo malo?»‘

Esto le preguntaba, angustiada, una niña de 8 años a su madre viendo una puesta de sol. Una preciosa y rojiza puesta de sol otoñal.

El miedo se está apoderando de todo y de todos. La inocente valentía de los niños se ha convertido en una falsa y temerosa madurez infantil teniendo que soportar los pobrecitos míos una insoportable losa de miedo a todo.

Y a la propagación de ese miedo contribuyen de manera inequívoca los medios de comunicación, algunos más que otros, que se dedican a bombardearnos con desastres, regodearse en las catástrofes, contagiarnos continuamente del virus de turno, la bacteria desconocida y todos los cánceres que les haga falta para, supuestamente, informar… ¡Ja!

Concretamente hay un canal de televisión en España que desde que empezó la erupción del volcán de La Palma dedica 20-25 de sus 30 minutos de noticias a poner impactantes imágenes del destrozo que va provocando la lava por donde va pasando, comiéndose casas, iglesias, colegios, la reacción de los vecinos, los llantos, la desesperación, el rescate de animales atrapados, la negra columna de humo, las toneladas de ceniza, la retransmisión segundo a segundo de la llegada al mar de la colada de lava como si fuera el fin del mundo, y lava, mucha más lava, lava sobre todo en su hipnótica y bella y apabullante y rojiza incandescencia nocturna. ¿No va a tener miedo la chiquilla a un cielo rojo?…

Y esto, los 20-25 minutos de noticias de volcán diario, un día tras otro, durante casi 90 días. Y 5-10 minutos para el resto de noticias, de los cuales 4, mínimo, eran para el Covid. Apenas dejaban espacio para otras noticias que, a ser posible eran noticias de algún temporal, o inundación, o incendio, o accidente. Para seguir metiendo miedo.

Esta nueva generación de niños lo tiene muy crudo… Les están inoculando el miedo en vena. Miedo a infectar a sus abuelos. Miedo a la lluvia, que puede ser torrencial (más que antes). Miedo al sol, que te quema (más que antes). Miedo al viento, que tira árboles y tejados (más que antes). Miedo a los tsunamis, que en España y Europa los hay un día sí y otro también. Miedo a los terremotos (más que antes). Miedo al cambio climático (del que vamos a morir todos, más por el miedo al cambio, que por el propio cambio).

Y todo ese miedo auspiciado por unos gobernantes a los que les interesa tenernos acojonaos desde pequeños, con la inestimable ayuda de los medios de comunicación y el beneplácito de toda la sociedad, incluidos los padres de esos atemorizados niños.

¡Nos está quedando una sociedad de miedo!

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *