¡Sujétame el cubata!

«¡Sujétame el cubata!» Eso es lo que dicen los niñatos que van a hacer algo fuera de lo normal, sin premeditación, ni precaución. Lo que es hacer una locura, una temeridad, un lanzarse al vacío sin paracaídas, ¡a muerte!, sin más.

Suele ser cosa de gente joven y descerebrada y normalmente va precedido de la castiza frase «¡no hay cojones!», famosa y provocativa frase que empuja al joven descerebrado de turno a dar el salto a la gilipollez suprema, a costa, incluso, de su integridad física.

Aunque a decir verdad, descerebrados los hay de todas las edades, incluso en edades viejunas alejadas de la loca juventud.

Es el caso del presidente del gobierno español.

Porque, si no lo saben, tenemos un «presidente sujétameelcubata». Y lo peor es que no tiene escrúpulos. Él es así:

«¡No hay cojones de formar gobierno con la ultra izquierda de Podemos y otros ultra comunistas!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de pactar con Bildu -los herederos de ETA-, y blanquear su pasado de terrorismo, muerte, secuestro y extorsión!» 

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de recogerle unas maletas en el aeropuerto de Barajas a la ministra venezolana Delcy Rodríguez que tiene vetado poner pie en suelo español y en todo el espacio Schengen!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de indultar a los independentistas que dieron el golpe de estado en Cataluña!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de hacer una amnistía anticonstitucional, delictiva e ilegal al delincuente Puigdemont y a otros muchos delincuentes independentistas para que te presten 7 votos con tal de seguir en la Moncloa!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de apoyar a la cuasitiranía de Palestina y, de rebote, a su grupo terrorista Hamás y mosquear al estado amigo y democrático de Israel!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de romper relaciones con un país amigo y hermano como Argentina sólo porque ha dicho que tu mujer es una corrupta!»

«¡Sujétame el cubata!»

«¡No hay cojones de hacerle un corte de mangas a todos los españoles con el tema de tu mujer!»

«¡Ni me sujetes el cubata! ¡Me cojo cinco días para reflexionar con el cubata en la mano!»

Y a todo esto, como buen descerebrado «sujétameelcubata», le importa un bledo su integridad moral, su honor -si es que le queda-, y la integridad constitucional de todos los españoles.

Es para echarse a temblar.

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